Este conjunto de vasijas siguen unos parámetros formales similares que constituyen su canon de belleza.
Todas ellas se encuentran inscritas en un rectángulo. Su estructura se compone de tres partes diferenciadas: una base, que también se puede inscribir en un rectángulo de ancho variable, pero siempre inferior a la anchura máxima; una zona de ensanchamiento, desde la base hasta la mitad o ¾ de la altura de la vasija, donde esta alcanza su amplitud máxima; y una última parte en la que la vasija vuelve a estrecharse.
Se podría dividir la estructura de todas las vasijas como la unión de 2 triángulos inversos.
Para los pitagóricos, todos los objetos y elementos se basan en los números. Las proporciones y simetrías son los pilares y fundamentos de la belleza, y sin ellas nada puede ser estético.
La lata de Coca-cola es un objeto completamente simétrico, tanto vertical como horizontalmente. Es un cilindro de base circular, donde el diámetro de la base es la mitad de la altura. Con esto se demuestra que tiene unas proporciones claras y estudiadas, por lo que sigue los principios enunciados por Pitágoras y sus seguidores.
Además, buscan en todo momento la armonía entre las partes que componen cada uno de los objetos, e incluso el embalaje, conviertiendolos en una especie de puzzle, que muestra el conjunto final.
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